Hoy vamos a hablar del color rojo, un color que no deja indiferente a nadie, más aún en decoración, un color que imprime carácter y personaliza todo lo que toca. El color cálido por excelencia.

Un color que algunos asocian al amor, a la pasión y otros a la sangre, con una mirada más hacia lo negativo. En algunos países como China simboliza felicidad. Como os decía, a nadie deja indiferente.
Hay personas que lo utilizan sólo en navidad para dar un toque a su hogar durante esos días, dando vida y alegría. Hay quien lo utiliza de manera más permanente en toques decorativos como cojines, mantas, algún estampado en textiles, aunque sea de manera más permanente, si te cansas, puedes cambiar fácilmente. Cuando se utiliza por ejemplo en muebles de cocina, en muebles de salón o dormitorios imprime una decoración muy muy personalizada y contraproducente de cara por ejemplo a una venta, te limita muchísimo. No es lo mismo quitar una manta y un cojín de cara a un reportaje fotográfico y una visita, que pintar una pared o tener que quitar o pintar muebles. Abusar de él puede producir irritabilidad, además de cansar visualmente.
Según el Feng Shui, el color rojo simboliza el elemento fuego, la fama, la riqueza y el lujo.
Puede parecer que tengo algo en contra de este color, nada más lejos de la realidad, es mi color favorito, pero no en decoración o para asesorarte de cara a una venta o un alquiler, que es de lo que va mis artículos y es en lo que enfoco mi asesoramiento.
Del rojo, mejor no abusar y si te encanta y estás decidida/o a utilizarlo, combínalo con neutros, beige, marrones, blanco. Utilízalo como te decía con cautela y en estancias con mucha luz o muy bien iluminadas. Si es una zona de baja luz natural desecha la idea o aumenta la luz artificial.




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